El 10 de junio de 1989 se inauguró en Camargo el Centro Cultural La Vidriera que  mañana celebra su primer cuarto de siglo de existencia con una fiesta interactiva que dará comienzo, con entrada libre, a las 18 horas.

El punto de encuentro es el patio central del edificio. De ahí partirán las  actividades, todas ellas participativas en las que los asistentes no serán espectadores sino parte activa en un evento que pretende sintentizar el espíritu de 25 años de trabajo en un espacio cultural nacido para fomentar no tanto la exhibición artística como la creación.

El acto se abre a las 18 horas con el Vals inaugural que sonará interpretado por todos los instrumentos que se imparten en la Escuela de Música, incluidas las gaitas. Ocho parejas de alumnos de danza del centro abrirán el baile y sacarán a los espectadores a completar con ellos la pieza.

A partir de ese momento, los asistentes van a poder  personalizar sus camisetas conmemorativas, realizar su propio trabajo de singularización de un medallón sobre madera, su propio “libro” de barro o pintar sobre tela.

El objetivo es que todas las disciplinas artísticas que se imparten en el centro se abran por un día a la experimentación por parte de quienes visiten el Centro en su 25 Aniversario.

Pero no sólo la zona de La Vidriera destinada a cultura se sumará a la celebración, también lo hará el espacio deportivo municipal ubicado en estas instalaciones y que participa en la fiesta con una representación de las alumnas de gimnasia rítmica así como con una programación especial en sus actividades.

Todos los asistentes serán invitados como cierre del acto a soplar las velas de la tarta del 25 Aniversario.

EL CENTRO CULTURAL LA VIDRIERA

El Centro Cultural La Vidriera se inauguró el 10 de junio de 1998, sobre la antigua fábrica de bombillas de la Osram que el Ayuntamiento de Camargo adquiere en 1986.

Cuenta con Talleres artísticos, Biblioteca, Cine, Teatro, Sala de Exposiciones, aulas para cursos y conferencias; además de un área Deportiva que dispone de piscina, pista deportiva, sala de musculación y circuito termal.

La idea de reunir en un mismo espacio diferentes servicios ha permitido una mayor comunicación entre personas con distintas inquietudes e inclinaciones y a la vez, ha servido para que se produzca un acercamiento intergeneracional.

En esta primera fase de democratización de la cultura en la que se ofrecen los medios necesarios para acercarla a todos los sectores de la sociedad, jugará un papel fundamental el Centro Cultural La Vidriera y será el instrumento que permitirá avanzar en el desarrollo cultural de Camargo y transformar la dinámica del público-espectador en participante-actor.

El fomento de la creatividad como medio de expresión y comunicación ha sido uno de los principios rectores del Centro Cultural La Vidriera y en consecuencia, uno de los pilares fundamentales del desarrollo cultural en Camargo. La formación artística impartida a través de los diferentes talleres, se ha planificado según edades y niveles de conocimiento. Ello ha permitido a muchas personas acercarse al mundo del arte, desarrollar sus capacidades creativas y descubrir sus potencialidades. Pero lo realmente diferenciador es la proyección del arte en el entorno,  posibilita entender que todo lo que nos rodea puede convertirse en materia artística. El arte dentro y fuera de los espacios de creación, invita al espectador a formar parte del proyecto y le prepara para desarrollar su sentido crítico.

Otro de los objetivos del Centro Cultural La Vidriera es impulsar la participación activa. Se promueve, especialmente, cuando se abre al exterior y se traspasa las barreras tradicionales de expresión artística. Como ejemplos de comunicación entre el creador y el espectador, se pueden citar: El Concurso de Pintura Rápida (se crea en 1990) y el Maratón Fotográfico (1992); que permiten al espectador asistir al proceso creador de la obra, sobre todo en el caso del Concurso de Pintura Rápida, e incluso le facilitan desarrollar su sentido crítico al formular juicios sobre el mismo. Actividades que se han sentido como modelos participativos y han sido implantadas en muchos municipios de la región y comunidades limítrofes